miércoles, 11 de noviembre de 2009

Vida absurda

Hora: 23:02
Lugar: Mercado Central
Cantidad de gente: Poca (Gracias a Dios)
Tiempo: De noche.

En resumidas cuentas, y para situar al lector sobre qué hacía un sábado, a las once de la noche, solo, sentado en las escaleras de un puto mercado, diré que esperaba a dos jodidos miembros de este blog, cuyos nombres no diré (Sr.Rosa, Sr.Marrón) cuando me ocurrió una de las cosas más patéticas que ha podido acontecer a un ser humano, y a la humanidad en general.

Estaba sentado, sumergido en ese mundo que ya he hablado al que me lleva mi amado mp4 (que, por cierto, está a punto de morir. Amén (por si no lo había dicho). Y llegados a este punto hago una reflexión... ¿que probabilidades hay de que te atraquen? No lo sé, pero seguramente muy bajas. Continuo.

Estaba sentado, fumando un cigarrillo de liar, apaciblemente y aburridamente (también). Miraba el reloj (habíamos quedado a las 11) y llegaron a dar las 11:10. No había aparecido nadie, y tuve la genial idea de llamar al Sr.Rosa al móvil (bueno, ciertamente, le mandé un llámame que no tengo saldo (porque no tenía saldo de verdad, lo juro) no es que yo vaya por ahí gorroneando móviles... No, en serio, y esto daría para una buena reflexión: nunca tengo saldo.

Entre que me llamaba, y no, sucedio todo.

Di un calo grande al cigarro, y tras el humo, que se disipaba en la densa noche, vi aparecer esa figura. La describiré como un chimpancé jorobado, babeante, estropajoso y borracho, porque es la verdad. Fue tan patético que ni si quiera merece la pena inventar cosas para ponerle énfasis.

Se me acercó, con la mano alzada, apuntándome, amenazante. Y me hice caca en los pantalones. Babeaba y murmuraba mientras me apuntaba con un objeto (en aquel momento juro que no supe muy bien que era)

- Dame tabaco (era, en toda regla, una amenaza)
- Que? (fue lo primero que me salió porque no le entendí un carajo)
Repitió lo mismo, y le entendí.
Entonces vi el objeto con el que me amenazaba, el objeto temible con el que me apuntaba y me "atracaba" el tabaco... un puto clip desenrollado.............
...........

...........

(pongo puntos porque así es como me quedé yo...)

Entonces me llamó el Sr. Rosa, en medio del asalto...

El chimpancé seguía apuntándome. Yo con una mano intentaba sacar el tabaco, con la otra sostenía el teléfono. Todo era subreal. Intentaba estar atento a lo que me decía mi querido amigo por teléfono, pero a su vez el asaltante nocturno balbuceaba una serie de cosas que jamás llegaré a saber. Solo sé que me infló las pelotas de tal manera que cogí un puñado de tabaco, un papel, una boquilla, y le solté: ale, ya, vete.

Y encima, va, y se pica, y me dice que era un tacaño, y se fue maldiciendome.
Así que... esta es la historia de cómo me atracaron con un puto clip, un clip de mierda, un hierrecito diminuto, del cual pensé que el único daño que podría hacerme era si me lo hubiese clavado en un ojo (entonces si que hubiese estado jodido).

Conclusión: Me quedé más tirado que una colilla, mis amigos no aparecieron. Y encima, me robaron mi tabaco de la forma más patética que el hombre ha conocido hasta ahora.



Pero bueno, son cosas que no podemos evitar. Porque la vida, a veces, por no decir siempre, resulta absurda.

4 comentarios:

  1. ¿Y lo de la violación? ¿Para cuando lo cuentas? ¿Para el libro: "Esto no es el puto instituto; esto es un puto libro"? XD

    ResponderEliminar
  2. Tíos... tengo una pregunta que me carcome por dentro... ¿nos leerá alguien que no seamos nosotros mismos? xD

    ResponderEliminar