domingo, 22 de noviembre de 2009

Vida absurda

¿No es curioso el hombre? Cuan irremediable es el poder reprimir nuestros instintos más básicos... como el desviar la vista cuando un par de sugerentes pechos se cruzan en tu camino o fijar la vista cuando el culo presente justo delante se mueve al compás de un reloj "tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac...".

Pero bien... ¿no es más cierto que la zona de nuestro cuerpo más instintiva es la de la parte genital y/o íntima que taanto nos gusta manejar? El otro día encontábame yo en el F-Nac, en reunión con los amigos (inclúyese mujeres) habiendo formado un corro, sentí unas irresistibles ganas de rascarme un huevo. Más exactamente el derecho, así que procedí, cerniándome antes de que nadie me obsservaba, a insertar mi homónima mano en el interior de los pantalones e hice un par de movimientos con la uña índice del dedo derecho que me supieron a gloria. Una vez vivida esta orgásmica experiencia, procedí a extraerme de nuevo la mano de los pantalones, pero con tan mala suerte, que el relojo se enganchó en el pantalón. Después de un par de ligeros intentos que no sirvieron de nada comencé a realizar movimientos algo más duros e intensos... y al no poder, pese a mis esfuerzos, extraer mi mano, continué aumentando la brusquedad y la velocidad de mis movimientos.

No me dí cuenta, durante todo el tiempo que estuve luchando en contra del destino, que la conversación anterior se había evaporado y que nuestro pequeño clima se centraba ahora en mis pantalones, en el vivo movimiento de la mano que luchaba por salir de su atolladero y mi cara, la cual denotaba un esfuerzo pocas veces antes realizado.

No me dí cuenta de la situación hasta que pude extraer mi mano... mis palabras exactas fueron "fiu... ya está..." con una ligera sonrisita en la cara y pose de relax.

No quiero saber qué fue lo que pasó por la cabeza de la gente, pero sus caras me lo explicaron todo. La posterior vergüenza a la hora de la explicación fue básicamente... triste "¡¡no es lo que pensáis!! es que me picaba, y luego no podía sacarla, ni con movimientos bruscos, se me había enganchado..." soy penoso.

No sé si debería usar tal vez la otra mano para rascarme los huevos o quitarme el reloj... Lo único que sé es que en un segundo puedes perder el respeto de mucha gente por una ligera confusión debido a un pequeño instinto...

¿Te pica? Pues no te rasques, saldrás mal parado.

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